¿ CÓMO COMPRAMOS ALIMENTOS LOS COLOMBIANOS?
- César Sánchez Cabra
- 21 oct 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 4 jul 2020
Al estar sentado a la mesa con mi familia, agradeciendo a Dios por los alimentos que consumiremos, pienso… ¿Qué calidad y que inocuidad de alimentos consumiremos hoy?
En Colombia hay (2) maneras de comprar los alimentos en fresco en cualquier supermercado, fruver, gran superficie, central de abastecimiento o tienda de barrio. La primera es “con la razón y con el corazón” con la razón, sabiendo que tipo de alimentos estamos comprando, que aportes nutricionales nos darán, que tanto químico o no contiene, de donde provienen…y con el corazón sabiendo que si compramos alimentos producidos por pequeños agricultores familiares o comunitarios, estamos contribuyendo a mejorar su economía campesina y estamos apoyando el trabajo más digno del mundo y uno de los menos apreciados... el del campesino.

La otra manera de comprar es “con el ojo y con el bolsillo”, anteponemos la cantidad a la calidad e inocuidad, si lo vemos grande, brillante y barato... es lo que llevaremos a nuestra mesa.
Los alimentos cumplen funciones nutricionales y funcionales que debemos conocer, nos aportan lo necesario para vivir y producir mejor, para mantener nuestra salud, en algunos casos como paliativos a enfermedades y la naturaleza en su sabio proceder nos brinda lo que necesitamos…. Pero nosotros nos encargamos de complicar las cosas y hacemos mezclas o adicionamos cosas que por sí solas no son nocivas….su exceso o mal manejo si lo son…. azúcar, grasas, sal y todo lo sintéticamente obtenido (conservantes, preservantes, colorantes, estabilizantes, entre otros).
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas, guía de cuál debe ser la tendencia de la humanidad, muestra la ruta a seguir en todos nuestros proyectos y actividades y del qué y cómo podemos mejorar nuestras vidas y la de los demás; nos dice en el # 12 “PRODUCCIÓN Y CONSUMO RESPONSABLE”, nos invita a que todo lo que consumamos sea con la convicción de que nos impactará positivamente al igual de que será benéfico para la sociedad y al medio ambiente. Los medios de comunicación, las multinacionales o los grandes mercaderes de los alimentos, nos llevan al consumismo, a comprar cosas y alimentos que no requerimos o que no sabemos realmente para que nos sirven … principalmente en temas de alimentos procesados o ultra-procesados.
En los países desarrollados el tema de la producción y el consumo responsable son cotidianos, la ingesta de alimentos agro-ecológicos u orgánicos es normal, las producciones limpias toman día a día mayor fuerza en los sectores agropecuarios y esto lleva a que importen de países como el nuestro lo mejor…. nuestro mejor café, nuestro mejor banano, nuestro mejor cacao, nuestra mejor uchuva, nuestras mejores frutas, verduras y aromáticas… entre otros.
Qué comemos en Colombia?

En medio de nuestra diversidad alimentaria, un estudio realizado por el Departamento de Nutrición Humana de la Universidad Nacional de Colombia sobre los hábitos alimentarios de los colombianos (Apartes del Proyecto de Lineamientos para el Programa de Alimentación Escolar, Componente de Hábitos y Prácticas Alimentarias, 2013. Bogotá), arrojó los siguientes hallazgos:
El arroz blanco es el cereal que está en el núcleo de la alimentación, es el alimento más importante porque combina con todo tipo de alimentos y acompaña muchas preparaciones.
El plátano es otro alimento de consumo generalizado en el país. Está presente en la dieta de la población mestiza y de todas las poblaciones étnicamente diferenciadas.
La yuca, tubérculo muy utilizado a nivel nacional por su disponibilidad y bajo costo; es el ingrediente principal del sancocho, preparación que se encuentra en todas las regiones del país.
La papa de amplio consumo en el país. Es la base de muchas comidas, ingrediente en las sopas (en diversas variedades: criolla, pastusa, sabanera) o acompañante (frita o cocida con sal) de la proteína animal disponible. Diferentes autores documentan que la papa fue domesticada en el altiplano andino, entre Perú y Bolivia, en los alrededores de los Lagos Titicaca y Poopó, hace por lo menos 10.000 años. Así mismo, el centro de diversidad genética de la papa criolla se encuentra entre Ecuador y el sur de Colombia.
Las sopas expresan de forma muy interesante el mestizaje culinario de las regiones e integran diferentes ingredientes locales. Son una preparación práctica y una estrategia de supervivencia de los sectores de población más pobres. El número de porciones se puede ampliar agregándoles agua y se preparan con vísceras, menudencias, huesos y cortes animales de muy bajo precio. Una sopa característica tiene como base uno o varios tubérculos (papa, yuca o plátano), alguna proteína animal (res, pollo, gallina, cerdo, pescado) y algunas verduras locales, junto a diversos condimentos y cebolla junca como ingredientes saborizantes. En ocasiones se añade algún cereal a la preparación, como maíz, trigo, cebada o arroz; para los grupos étnicos de la Amazonía y la Orinoquía colombianas el ají es un ingrediente fundamental. Las sopas son las preparaciones de uso más extendido a nivel nacional y son, en muchos lugares, la única manera en que las familias se alimentan.
La mayor parte de la ingesta de verduras y hortalizas en Colombia se hace en las sopas. Es poco frecuente el consumo de ensaladas como acompañantes o de preparaciones principales basadas en verduras y hortalizas.
El acceso permanente a fuentes de proteína animal, provenientes de carne de res, cerdo, pollo, pescado, mariscos o huevo, está severamente restringido para gran parte de la población rural y urbana a nivel nacional.

Las arepas y arepuelas son de uso extendido en el país. En esta categoría se pueden agrupar todas las preparaciones a base de harina de maíz, trigo o almidón de yuca
Un método extendido en varios países del continente es la preparación de alimentos envueltos en hojas. En el caso colombiano, el término más común para designar estos alimentos es “tamal”, pero hay variaciones regionales según lo que se cocina dentro de las hojas, que incluyen preparaciones saladas y dulces. Así, se encuentra en la Costa Atlántica bollos dulces y salados, hayacas o pasteles de maíz o arroz; mantecados envueltos dulces en la zona Andina; tamales con carne de animales de caza en grupos indígenas o de pescado en las comunidades negras del Litoral Pacífico.
También se incluyen preparaciones como el insulso dulce en el Tolima Grande, quesos envueltos en hojas en diversas regiones del país, bollos de carne en Santander, amasijos en Cundinamarca, cocadas en el Pacífico o arepas asadas sobre hojas. Las hojas más utilizadas en el país son las de plátano, bijao (heliconia) y de algunas palmas, en especial en comunidades indígenas o afros. También se usan con este fin los ameros de las mazorcas. En muchos casos las hojas se pasan por el calor para que tomen la textura adecuada para hacer la envoltura.
Una práctica recurrente en el país, producto de la alimentación moderna e industrializada, es la utilización de caldos en cubo industrializados como fuente de la sustancia o como condimento principal en las diversas preparaciones.
Las bebidas en polvo, como reemplazo de bebidas a base de fruta o panela, hacen parte de la dieta cotidiana en muchas regiones. Sin embargo, los jugos de fruta siguen haciendo parte de la dieta cotidiana en la mayoría del territorio nacional.
Por otra parte, se consumen bebidas fermentadas de maíz, caña de azúcar y yuca, entre otras, como parte de la dieta normal en la mayor parte de departamentos. Estas bebidas son consideradas como “alimentos” y no como bebidas acompañantes o embriagantes.
Comments